


Hola, soy Valery y tengo 20 años.
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Mi historia
"Mi nombre es Valery Luna y tengo 20 años. Soy de Comayagua, Honduras. Soy Misionera Voluntaria a tiempo completo. Crecí en una familia cristiana, pero no siempre fue fácil. Pasé mucho tiempo creyendo que conocía a Jesús; estaba perdida y viviendo para el mundo. Sabía que tenía un llamado, sabía que Dios me esperaba, aunque no lo conocía. Pero ahora lo conozco. Él me llamó, me escogió, y yo respondí después de muchos años. Ahora mi vida tiene propósito, y la pasión que reside en mi corazón es servir a Cristo, subiendo a la montaña para enseñar a los niños de las 12 comunidades, para que tengan repetidas veces la oportunidad de escuchar y experimentar el evangelio. Así es como mi vida con Jesús me ha cambiado y transformado de una manera impresionante.
Soy maestra de inglés en las montañas en la ‘Escuela Bilingüe de Niñas y Montessori’, una manera intencional de establecer relaciones y llegar a los hogares a través de los niños, inculcando valores en sus vidas al mismo tiempo. Paralelamente, trabajo con las mujeres en el 'Taller Ruth'. Cuando comprendimos la cultura y su manera de pensar, captamos que las mujeres de la comunidad pueden hacer muchas cosas impresionantes, más allá de solo estar en casa, hacer tareas domésticas o lidiar con muchas inseguridades. Lo que hacemos es enseñarles a través de la Palabra y la cocina como muchas maneras de crecer en relaciones, emociones, espiritual e intelectualmente. Al mismo tiempo, nosotras nos entrenamos y capacitamos, aprendiendo de ellas y de lo que Dios está haciendo.
Tenemos manos y corazón dispuestos a seguir la obra que Dios ha puesto en nosotras. Confiamos en lo que Dios hace en nuestras vidas y sabemos que somos esa luz en muchos lugares de oscuridad para expandir y multiplicar de manera saturada el Evangelio. Llevamos el ministerio de la reconciliación a cada hombre, mujer y niño. También estamos presentes en las universidades porque existimos para ese lugar: tomar un café y compartir lo que Dios ha hecho en nuestras vidas por medio de nuestro testimonio de gracia.
Puedo decir que Dios me ha traído hasta aquí por su misericordia, amor eterno y profundo."








